Escribo estas lineas con el corazón en un puño y sin saber muy bien como dar esta noticia, ya que posiblemente a él le horrorizaría que lo hiciera.
Esta mañana en un entreno cotidiano en su casa, el jinete catalán Carlos Catalán perdía la vida haciendo lo que verdaderamente amaba: montar a caballo.
Conocido por todos por su carácter luchador, por su genio incontrolable y por ese corazón que lo hacía distinto a los demás.
Para muchos se ha ido una parte de su vida, un ser que será irremplazable en todos los aspectos y en esos mi incluyo yo.
Allá donde vayas sigue montando, que además ahora podrás volver a disfrutar de tu amado Charlie.
Descansa en Paz